Extrae semillas de tus propios tomates

Te contamos cómo extraer, limpiar y conservar las semillas de tus tomates
Uno de los cultivos de verano que más nos gustan es el tomate, que en esta época del año aún suele estar presente en nuestros huertos para que lo podamos disfrutar.

Para quienes con el fin de temporada os entran las ganas de conservar las semillas de alguna de las variedades de tomate para poder plantarlas el año siguiente, escribimos este artículo, en el que contamos cómo hacerlo.

Esta costumbre, además de darnos gratis nuestras propias semillas, es clave para la conservación de la biodiversidad y la agricultura ecológica. Conservar semillas no es un proceso difícil pero sí requiere que le pongamos algo de atención, cuidado y cariño a través de los siguientes pasos:

  1. Elegir la tomatera
    Para conseguir nuestras propias semillas lo aconsejable es elegir la planta que esté en mejores condiciones, nos dé la mayor cantidad de tomates, de la mejor calidad, y que no haya sufrido plagas ni enfermedades. La elección de la tomatera es esencial, pues sus características se traspasarán a la futura planta.
  2. Elegir los tomates
    De la mejor tomatera tendremos que elegir los mejores tomates. Aquellos que más nos hayan gustado, con la mejor forma y color, serán los elegidos, que dejaremos crecer y madurar y cuidaremos de posibles problemas. Es aconsejable que sean de los primeros que da la planta y que desde el principio decidamos si es el que vamos a utilizar para preparar semillas.

Si hemos decidido ahora que queremos recolectar semillas, somos conscientes de que ya no nos da tiempo a cogerlas de los primeros tomates pero es un aprendizaje del que podemos tomar nota de cara a la siguiente temporada, y por el momento podemos experimentar con los tomates que tengamos para ir aprendiendo el proceso.

Tras la cosecha, al tomate elegido para extraer semillas lo dejaremos madurar hasta que empiece a marchitarse.

  1. Extraer las semillas
    De los frutos escogidos extraeremos las semillas, que tendremos que limpiar bien para después dejarlas secar. Para limpiarlas de forma óptima es recomendable seguir los siguientes pasos:
  • Sacar las semillas del tomate y ponerlas en un bote junto a la pulpa que las rodea.
  • Dejar las semillas con la pulpa en el bote durante uno o dos días hasta que fermente, un proceso que ayuda a que se limpien las semillas.
  • Después las separaremos de la pulpa y las secaremos con un papel o un trapo (con un trapo de tela evitaremos que se queden pegadas) y las dejaremos secar al sol de tres días a una semana.

A la hora de seleccionarlas podemos tener en cuenta que las pequeñas germinan más rápido y que las que estén blandas o descoloridas es mejor desecharlas.

  1. Conservar las semillas
    Una vez limpias y secas las guardaremos en un sobre de papel. Es aconsejable anotar los detalles de las mismas para que los recordemos cuando llegue el momento de la siembra: anotaremos cuestiones como la variedad y la fecha de extracción.

Una vez guardadas, en un lugar a temperatura ambiente, las semillas pueden durarnos hasta cinco años, si bien es recomendable esperar lo menos posible para sembrarlas.

Esperamos que este artículo haya sido de vuestro interés y os animamos a conservar las semillas de vuestros tomates. Aunque no puedan ser los primeros o este año no se hayan librado de plagas, es una buena idea hacerlo para así ir aprendiendo poco a poco a desarrollar esta práctica.

Categorías

c